sábado, 18 de agosto de 2012

Mariano José de Larra


Mariano José de Larra fue un escritor, periodista y político español que nació en Madrid el 24 de marzo de 1809 y falleció el 13 de febrero de 1837.
Crítico satírico y literario, publicó en prensa más de 200 artículos a lo largo de ocho años, impulsando el desarrollo del género ensayístico. Escribió bajo los pseudónimos de Fígaro, el Duende, Bachiller y el Pobrecito Hablador.
Considerado uno de los máximos exponentes del romanticismo literario español, sus ideas fueron muy influyentes en la posterior generación del 98.







Por grandes y profundos que sean los conocimientos de un hombre, el día menos pensado
encuentra en el libro que menos valga a sus ojos,
alguna frase que le enseña algo que ignora.



Generalmente, se puede asegurar que no hay nada más terrible en la sociedad que el trato de las personas que se sienten con alguna superioridad sobre sus semejantes.






Bertolt Brecht

Eugene Berthold (Bertolt) Friedrich Brecht fue un dramaturgo y poeta alemán que nació en Augsburgo el 10 de febrero de 1898 y falleció en Berlín este el 14 de agosto de 1956.
Está considerado uno de los más grandes autores teatrales alemanes del siglo XX y padre del teatro épico.








Hay hombres que luchan un día y son buenos. 
Hay otros que luchan un año y son mejores. 
Hay otros que luchan muchos años y son muy buenos. 
Pero hay quienes luchan toda la vida, 
esos son imprescindibles.



El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio de los frijoles, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales.



Muchos jueces son incorruptibles,
nadie puede inducirlos a hacer justicia.



No acepten lo habitual como cosa natural
pues en tiempos de desorden sangriento,
de confusión organizada,
de arbitrariedad consciente,
de humanidad deshumanizada,
nada debe parecer imposible de cambiar.



Cuando hayan hablado los que dominan
hablarán los dominados.
¿De quién depende que siga la opresión?
De nosotros.
¿De quién que se acabe?
De nosotros también.
Los vencidos de hoy son los vencedores de mañana.



Las revoluciones se producen
en los callejones sin salida.



¡Contra la injusticia y la impunidad!
Ni perdón ni olvido.



La más hermosa de todas las dudas
es cuando los débiles y los desalentados
levantan su cabeza
y dejan de creer en la fuerza de sus opresores.




Qué tiempos serán los que vivimos,
que hay que defender lo obvio.



Qué desdichada es la tierra que necesita héroes.



Con la guerra aumentan las propiedades de los hacendados, aumenta la miseria de los miserables, aumentan los discursos del general, y crece el silencio de los hombres.



¡No temas preguntar, compañero!
¡No te dejes convencer!
¡Compruébalo tú mismo!
Lo que no sabes por ti, no lo sabes.





lunes, 6 de agosto de 2012

Rafael Alberti

Rafael Alberti fue un escritor español y poeta de la llamada Generación del 27, que nació el 16 de diciembre de 1902 en El puerto de Santa María (Cádiz) y falleció el 28 de octubre de 1999.
Sus primeras obras se caracterizaron por un enfoque modernista y experimental del lenguaje, experimentando a lo largo de su carrera en varios estilos poéticos.
Ferviente partidario y defensor de la República, utilizó su poesía para expresar sus ideas políticas motivo por el que tuvo que exiliarse durante la dictadura franquista, viviendo en distintos países como Argentina e Italia.
Nunca dejó de escribir, abordando también otras artes como la pintura, experimentando en ella el surrealismo y el expresionismo, enfocándose en temáticas nostálgicas y de resistencia.
En 1977 regresó a España tras la muerte de Franco, donde vivió hasta su muerte.
Nunca dejó de escribir, reflejando en su obra un compromiso con los problema sociales y políticos, además de expresar sus experiencias y emociones personales.







Fue cuando comprobé
que murallas se quiebran con suspiros 
y que hay puertas al mar que se abren con palabras.



Yo nunca seré de piedra,
lloraré cuando haga falta,
gritaré cuando haga falta,
reiré cuando haga falta,
cantaré cuando haga falta.





Se equivocó la paloma,
se equivocaba.
Por ir al norte fue al sur,
creyó que el trigo era agua.
Creyó que el mar era el cielo
que la noche la mañana.
Que las estrellas rocío,
que la calor la nevada.
Que tu falda era tu blusa,
que tu corazón su casa.
(Ella se durmió en la orilla,
tú en la cumbre de una rama).



Ya no puedo escribir.
Y ando perdido,
inventándote cartas y poemas
que no te escribo



Dejé un temblor, dejé una sacudida,
un resplandor de fuegos no apagados,
dejé mi sombra en los desesperados
ojos sangrantes de la despedida.






jueves, 2 de agosto de 2012

Thich Nhat Hanh


Thich Nhat Hanh fue un maestro zen y monje budista nacido en la región de Vietnam Central el 11 de octubre de 1926. Escritor, poeta, activista por la paz y refugiado político en Francia desde 1972, por su combate pacífico durante la guerra de Vietnam donde fundó la Escuela de la Juventud para los Servicios Sociales, la Universidad Budista de Vanh Hanh, la Editorial Le Boi Press y la Orden del Interser.
Dio clases en las universidades de Columbia en Nueva York y la Sorbona en París y en 1967 fue nominado por Martin Luther King para el Premio Nobel de la Paz.
Durante muchos años vivió en Plum Village, el monasterio que él mismo fundó en la región francesa de Dordogne en 1982 y tras sufrir un derrame cerebral en 2014 regresó a Huế (Vietnam) instalándose en el monasterio donde se convirtió en monje novicio con 16 años y donde fallecería el 22 de enero de 2022 a los 95 años.







Con tu sonrisa, haces el mundo más bello



Ser hermoso significa ser tú mismo.
No necesitas ser aceptado por otros.
Necesitas aceptarte a ti mismo.




La esencia del amor y la compasión es la comprensión, la habilidad de ponernos en la piel de los demás.



Nuestra propia vida tiene que ser nuestro mensaje