Joseph Rudyard Kipling fue un escritor y poeta británico que nació en Bombay (India) el 30 de diciembre de 1865 y falleció el 18 de enero de 1936 en Londres (Inglaterra). Su infancia se vio impregnada de un paisaje multicultural que inspiró su obra, donde la naturaleza y la aventura danzan en un perpetuo abrazo.
Con un estilo rico en matices y una prosa cautivadora, Kipling nos invita a explorar lo desconocido, a adentrarnos en las selvas de la mente y el corazón. Sus personajes, a menudo enfrentados a dilemas morales y retos extraordinarios, nos enseñan sobre el valor, la lealtad y el sentido del deber. A través de sus historias, la fábula y la realidad se entrelazan, revelando verdades profundas sobre la vida y la humanidad.
Kipling, maestro de la narración, captura la magia de la infancia y la complejidad de la adultez, convirtiendo lo cotidiano en extraordinario. Su legado literario nos recuerda que en cada rincón del mundo, en cada historia contada, hay un hilo común que une a todos los seres humanos, un canto que resuena a través del tiempo y el espacio, donde la aventura nunca termina y la curiosidad siempre nos guía hacia lo desconocido.
Si puedes mantener la cabeza en su sitio
cuando todos la pierden
cuando todos la pierden
- y te culpan por ello -;
si confías en ti cuando los otros desconfían
- y les das la razón -;
si puedes esperar sin cansarte,
si no mientes
cuando te vienen con mentiras
ni odias a los que te odian y aún así,
no te las das de santo ni de sabio;
si sueñas,
sin llegar a ser esclavo de tus sueños;
si piensas,
pero no te conformas con pensar;
si te enfrentas al Triunfo y al Desastre
y das el mismo trato a esos dos impostores;
si soportas que tuerzan tus palabras
para embaucar con ellas a los tontos;
si se rompen las cosas
a las que has dedicado tu existencia
a las que has dedicado tu existencia
y te agachas a rehacerlas;
si juntas todas tus ganancias
para jugártelas a cara o cruz,
para jugártelas a cara o cruz,
y pierdes,
y vuelves a empezar de nuevo,
una vez más,
sin mencionar siquiera lo perdido;
y si tu corazón, tus músculos, tus nervios
cumplen incluso cuando ya no son lo que eran,
y resistes
cuando ya no te queda
sino la voluntad de resistir;
si hablas con multitudes sin perder la honradez
y paseas con reyes sin perder la humildad:
si no pueden hacerte daño tus enemigos
- tampoco tus amigos -
y todo el mundo cuenta contigo
- no en exceso -;
si no desaprovechas
ni un segundo de cada minuto de carrera,
la tierra y cuanto en ella existe
es para ti;
Cuando vayan mal las cosas como a veces suelen ir,
cuando ofrezca tu camino solo cuestas que subir,
cuando tengas poco haber pero mucho que pagar,
y precises sonreír aún teniendo que llorar,
cuando ya el dolor te agobie y no puedas ya sufrir,
Al éxito y al fracaso, esos dos impostores,
trátalos siempre con la misma indiferencia.
hermoso! hoy me siento triste :( y encontrar esto , me hizo bien , gracias D--
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