Eduardo Germán María Hughes Galeano, conocido como Eduardo Galeano, fue un periodista y escritor uruguayo que nació en Montevideo el 3 de Septiembre de 1940 y falleció el 13 de abril de 2015. El cronista de las memorias olvidadas y las historias que claman por ser contadas, su vida se convirtió en un viaje incansable por las tierras de América Latina, donde recogió las voces de los pueblos y sus luchas, entrelazando el pasado y el presente en un abrazo eterno.
Con un estilo inconfundible, donde la prosa se convierte en verso y el ensayo en narrativa, Galeano destila sabiduría y pasión en cada palabra. En su mirada profunda y crítica, las injusticias se vuelven historias vivas, y cada relato se convierte en un acto de amor hacia la humanidad.
Galeano nos invita a reflexionar sobre la historia, no como una línea recta, sino como un tejido de relatos, emociones y experiencias compartidas. Su legado literario es un faro que ilumina el camino hacia la memoria y la esperanza, recordándonos que en cada rincón del continente resuena el latido de un pueblo que, a pesar de todo, sigue soñando y luchando por un futuro más justo. En su obra, la vida cobra una nueva dimensión, donde las palabras son semillas que florecen en la conciencia colectiva.
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal,
sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies,
que cuestan menos que la bala que los mata.
que cuestan menos que la bala que los mata.
La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba;
la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo.
la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo.
Sobre una torre había una mujer, de túnica blanca,
peinándose la cabellera, que le llegaba a los pies.
El peine desprendía sueños, con todos sus personajes:
los sueños salían del pelo y se iban al aire.
A este paso, de aquí a poco los propietarios del planeta prohibirán el hambre y la sed,
para que no falten el pan y el agua.
12 de octubre
Día del descubrimiento.
En 1492, los nativos descubrieron que eran indios, descubrieron que vivían en América, descubrieron que estaban desnudos, descubrieron que existía el pecado, descubrieron que debían obediencia a un rey y a una reina de otro mundo y a un dios de otro cielo, y que ese dios había inventado la culpa y el vestido y había mandado que fuera quemado vivo quien adorara al sol y a la luna y a la tierra y a la lluvia que la moja.
La civilización que confunde a los relojes con el tiempo, al crecimiento con el desarrollo y a lo grandote con la grandeza, también confunde a la naturaleza con el paisaje, mientras el mundo, laberinto sin centro,
se dedica a romper su propio cielo.
La economía mundial es la más eficiente expresión del crimen organizado. Los organismos internacionales que controlan la moneda, el comercio y el crédito practican el terrorismo contra los países pobres, y contra los pobres de todos los países con una frialdad profesional y una impunidad que humillan al mejor de los tirabombas.
(...)Los pistoleros que se alquilan para matar realizan, en plan minorista, la misma tarea que cumplen, a gran escala, los generales condecorados por crímenes que se elevan a la categoría de glorias militares.
(...)Los violadores que más ferozmente violan la naturaleza y los derechos humanos, jamás van presos. Ellos tienen las llaves de las cárceles.
En el mundo tal cual es, mundo al revés, los países que custodian la paz universal son los que más armas fabrican y los que más armas venden a los demás países.
Los bancos más prestigiosos son los que más narcodólares lavan y los que más dinero robado guardan; las industrias más exitosas son las que más envenenan el planeta; y la salvación del medio ambiente es el más brillante negocio de las empresas que lo aniquilan.
Son dignos de impunidad y felicitación quienes matan la mayor cantidad de gente en el menor tiempo, quienes ganan la mayor cantidad de dinero con el menor trabajo y quienes exterminan la mayor cantidad de naturaleza al menor costo.
De nuestros miedos nacen nuestros corajes,
y en nuestras dudas viven nuestras certezas.
Los sueños anuncian otra realidad posible,
y los delirios otra razón.
En los extravíos nos esperan nuestros hallazgos,
porque es preciso perderse para volver a encontrarse.
En un mundo de plástico y ruido
quiero ser de barro y de silencio.
Te digo que te quieras,
que te cuides,
que te protejas,
que te mimes,
que te sientas,
que te ames,
que te disfrutes.
Te digo que te quiero,
te cuido,
te protejo,
te mimo,
te siento,
te amo,
te disfruto.
Ahora al imperialismo se le llama "globalización".
Y a las víctimas del imperialismo se les llama
"países en vías de desarrollo".
Ojalá podamos ser desobedientes,
cada vez que recibimos órdenes que humillan nuestra conciencia o violan nuestro sentido común.
Se busca a los secuestradores de países,
se busca a los estranguladores de salarios
y a los exterminadores de empleos;
se busca a los violadores de la tierra,
a los envenenadores de agua
y a los ladrones del aire;
se busca a los traficantes del miedo.
Pasamos la noche en vela,
bajo techos diferentes,
en distintos barrios,
escuchando llover la misma lluvia.
Y descubrimos que no podíamos
dormir separados.
La mujer sin miedo
Hay criminales que proclaman tan campantes
"la maté porque era mía",
así no más,
como si fuese cosa de sentido común
y justo de toda justicia
y derecho de propiedad privada,
que hace al hombre dueño de la mujer.
Pero ninguno, ninguno,
ni el más macho de los supermachos
tiene la valentía de confesar
"la maté por miedo",
porque al fin y al cabo
el miedo de la mujer a la violencia del hombre
es el espejo
del miedo del hombre a la mujer sin miedo.
Las guerras mienten.
Ninguna guerra tiene la honestidad de confesar yo mato para robar.
Las guerras siempre invocan nobles motivos: matan en nombre de la paz, en nombre de la civilización, en nombre del progreso, en nombre de la democracia y por las dudas, si tanta mentira no alcanzara, ahí están los medios de comunicación dispuestos a inventar enemigos imaginarios para justificar la conversión del mundo en un gran manicomio y un inmenso matadero.
El código moral del fin del milenio
no condena la injusticia,
sino el fracaso.
Al fin y al cabo,
somos lo que hacemos
para cambiar lo que somos.
"Consumo, sociedad de":
Prodigioso envase lleno de nada.
Invención de alto valor científico,
que permite suprimir las necesidades reales,
mediante la oportuna imposición
de necesidades artificiales.
El desarrollo desarrolla la desigualdad.
¿Qué tal si deliramos por un ratito?
¿Qué tal si clavamos los ojos más allá de la infamia para divinar otro mundo posible?
El aire estará limpio de todo veneno que no provenga de los miedos humanos y de las humanas pasiones.
En las calles, los automóviles serán aplastados por los perros.
La gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por el ordenador ni será comprada por el supermercado, ni será tampoco mirada por el televisor.
El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia y será tratado como la plancha o el lavarropas.
Se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez, que cometen quienes viven por tener o por ganar, en vez de vivir por vivir nomás, como canta el pájaro sin saber que canta y como juega el niño sin saber que juega.
En ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a cumplir el servicio militar, sino los que quieran cumplirlo.
Nadie vivirá para trabajar pero todos trabajarán para vivir.
Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas.
Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que les hiervan vivas.
Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos.
Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas.
La solemnidad se dejará de creer que es una virtud, y nadie tomará en serio a nadie que no sea capaz de tomarse el pelo.
La muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes y ni por defunción ni por fortuna se convertirá el canalla en virtuoso caballero.
La comida no será una mercancía, ni la comunicación un negocio, porque la comida y la comunicación son derechos humanos.
Nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión.
Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle.
Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero,porque no habrá niños ricos.
La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla y la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla.
La justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda.
En Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.
La Santa Madre Iglesia corregirá las erratas de las tablas de Moisés, y el sexto mandamiento ordenará festejar el cuerpo.
La Iglesia también dictará otro mandamiento, que se le había olvidado a Dios: "Amarás a la naturaleza, de la que formas parte".
Serán reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma.
Los desesperados serán esperados y los perdidos serán encontrados porque ellos se desesperaron de tanto esperar y ellos se perdieron por tanto buscar.
Seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan voluntad de belleza y voluntad de justicia, hayan nacido donde hayan nacido y hayan vivido cuando hayan vivido, sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa o del tiempo.
Seremos imperfectos porque la perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses; pero en este mundo, en este mundo chambón y jodido, seremos capaces de vivir cada día como si fuera el primero y, cada noche como si fuera la última.
Ojalá podamos mantener viva la certeza
de que es posible ser compatriota y contemporáneo
de todo aquel que viva animado
por la voluntad de justicia y la voluntad de belleza,
nazca donde nazca y viva cuando viva,
porque no tiene frontera los mapas del alma
ni del tiempo.
Mucha gente pequeña,
en lugares pequeños,
haciendo cosas pequeñas
puede cambiar el mundo.
Los científicos dicen
que estamos hechos de átomos,
pero a mí un pajarito me dijo
que estamos hechos de historias.
El miedo nos gobierna.
Esa es una de las herramientas
de las que se valen los poderosos,
la otra es la ignorancia.
El miedo seca la boca, moja las manos y mutila. El miedo de saber nos condena a la ignorancia; el miedo de hacer nos reduce a la impotencia. La dictadura militar, miedo de escuchar, miedo de decir, nos convirtió en sordomudos. Ahora la democracia que tiene miedo de recordar, nos enferma de amnesia.
Diagnóstico de la civilización
En algún lugar de la selva, alguien comentó:
Que raros son los civilizados. Todos tienen relojes y ninguno tiene tiempo.
El miedo global
Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo.
Los que no trabajan tienen miedo de no encontrar nunca trabajo.
Quien no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida.
Los automovilistas tienen miedo de caminar y los peatones tienen miedo de ser atropellados.
La democracia tiene miedo de recordar y el lenguaje tiene miedo de decir.
Los civiles tienen miedo a los militares, los militares tienen miedo a la falta de armas, las armas tienen miedo a la falta de guerras.
Es el tiempo del miedo.
Miedo de la mujer a la violencia del hombre y miedo del hombre a la mujer sin miedo.
Miedo a los ladrones, miedo a la policía.
Miedo a la puerta sin cerradura, al tiempo sin relojes, al niño sin televisión, miedo a la noche sin pastillas para dormir y miedo al día sin pastillas para despertar.
Miedo a la multitud, miedo a la soledad, miedo a lo que fue y lo que puede ser, miedo de morir, miedo de vivir.
Los alumnos
Día tras día, se niega a los niños el derecho a ser niños. Los hechos, que se burlan de ese derecho, imparten sus enseñanzas en la vida cotidiana. El mundo trata a los niños ricos como si fueran dinero, para que se acostumbren a actuar como el dinero actúa. El mundo trata a los niños pobres como si fueran basura, para que se conviertan en basura. Y a los del medio, a los niños que no son ni ricos ni pobres, los tiene atados a la pata del televisor, para que desde muy temprano acepten, como destino, la vida prisionera. Mucha magia y mucha suerte tienen los niños que consiguen ser niños.
Recordar: del latín re-cordis,
volver a pasar por el corazón.
volver a pasar por el corazón.
¿Para qué escribe uno si no es para juntar sus pedazos?
La economía está al servicio de la industria militar que es el nombre artístico de la industria criminal.
Libre es el que es capaz todavía de elegir la defensa de su dignidad en un mundo donde, quieras o no, en algún momento tendrás que tomar partido entre los indignos y los indignados.
Habrá que preguntarse hasta que punto soy capaz de amar y de elegir entre la dignidad y la indignidad, de decir no, de desobedecer. Capaz de caminar con tus propias piernas, pensar con tu propia cabeza y sentir con el propio corazón en lugar de resignarte a pensar lo que te dicen.
Los libres
En los días, los guía el sol. En la noche, las estrellas.
No pagan pasaje, y viajan sin pasaporte y sin llenar formularios de aduana ni migración.
Los pájaros, los únicos libres en este mundo habitado por prisioneros, vuelan sin combustible, de polo a polo, por el rumbo que eligen y a la hora que quieren, sin pedir permiso a los gobiernos que se creen dueños del cielo.
El mundo al revés nos enseña a padecer la realidad en lugar de cambiarla, a olvidar el pasado en lugar de escucharlo y a aceptar el futuro en lugar de imaginarlo.
Lo mejor que el mundo tiene está en los muchos mundos que el mundo contiene, las distintas músicas de la vida, sus dolores y colores: las mil y una maneras de vivir y decir, creer y crear, comer, trabajar, bailar, jugar, amar, sufrir y celebrar.
Me gusta la gente sentipensante, que no separa la razón del corazón. Que siente y piensa a la vez. Sin divorciar la cabeza del cuerpo, ni la emoción de la razón.
Si me caí,
es porque estaba caminando.
Y caminar vale la pena,
aunque te caigas
Lo importante del amor
es que sea infinito mientras dura
No te tomes en serio nada que no te haga reír.
Vinieron.
Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra.
Y nos dijeron:
"Cierren los ojos y recen".
Y cuando abrimos los ojos,
ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia.
Estar vivo es un peligro;
pensar, un pecado;
comer, un milagro.
Quizá sea el momento de cambiar, de soltar, de mandar todo a la mierda y volver a empezar. Quizá sea el momento de sacarle un sol a esa tormenta, de reírse sin parar, de volar sin tropezar. Quizá sea el momento de encontrarnos, abrirnos los ojos y largarnos a soñar.
Junio
10
Y un siglo después
En estos días del año 2010, se abrió en Buenos Aires el debate sobre el proyecto de legalización del matrimonio homosexual.
Sus enemigos lanzaron la guerra de Dios contra las bodas del infierno, pero el proyecto fue venciendo obstáculos, a lo largo de un camino espinoso, hasta que el 15 de julio Argentina se convirtió en el primer país latinoamericano que reconoció la plena igualdad de todas y de todos en el arcoíris de la diversidad sexual.
Fue una derrota de la hipocresía dominante, que invita a vivir obedeciendo y a morir mintiendo, y fue una derrota de la Santa Inquisición, que cambia de nombre pero siempre tiene leña para la hoguera.
Yo no creo en los optimistas full-time. Esos son farsantes o ciegos. Yo soy optimista y pesimista también, según la hora y el día, creo y descreo, celebro y lamento este tiempo nuestro y este mundo que nos ha tocado. Cada tiempo tiene su contratiempo, es verdad, pero también es verdad que cada cara tiene su contracara. La contradicción es el motor de la vida: de la vida humana y de todas las otras vidas.
Asumir eso me ayuda a no arrepentirme de mis tristezas, de mis bajones, de mis malas músicas: ellas son parte inseparable de mí.
En tiempos oscuros, tengamos el talento suficiente para arriesgarnos a volar en la noche como los murciélagos.
En tiempos oscuros seamos lo suficientemente sanos, como para vomitar las mentiras que nos obligan a tragar cada día.
En tiempos oscuros, seamos lo suficientemente valientes como para tener el coraje de estar solos y lo suficientemente valientes como para arriesgarnos a estar juntos.
En tiempos oscuros seamos lo suficientemente maduros como para saber que podemos ser compatriotas y contemporáneos de todos los que tienen voluntad de belleza y voluntad de justicia, porque no creemos en las fronteras de los mapas ni del tiempo.
En tiempos oscuros, seamos lo suficientemente tercos para seguir creyendo contra toda evidencia, que la condición humana vale la pena.
En tiempos oscuros seamos lo suficientemente locos como para ser llamados locos.
En tiempos oscuros seamos lo suficientemente inteligentes como para ser desobedientes cuando recibimos órdenes contradictorias con nuestra conciencia o contra nuestro sentido común.
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