domingo, 27 de septiembre de 2015

Luis García Montero

Luis García Montero es un poeta español, crítico, ensayista y profesor de Literatura en la Universidad de Granada que nació el 4 de diciembre de 1958. En julio de 2018 es nombrado director del Instituto Cervantes.






Si el amor, como todo, es cuestión de palabras, 
acercarme a tu cuerpo fue crear un idioma.





Si alguna vez la vida te maltrata, acuérdate de mí,
que no puede cansarse de esperar
aquel que no se cansa de mirarte.




Problemas de geografía personal

Nunca sé despedirme de ti, siempre me quedo
con el frío de alguna palabra que no he dicho,
con un malentendido que temer,
ese hueco de torpe inexistencia
que a veces, gota a gota, se convierte
en desesperación.
Nunca sé despedirme de ti, porque no soy
el viajero que cruza por la gente,
el que va de aeropuerto en aeropuerto
o el que mira los coches, en dirección contraria,
corriendo a la ciudad
en la que acabas de quedarte.
Nunca sé despedirme, porque soy
un ciego que tantea por el túnel
de tus manos y tus labios cuando dicen adiós,
un ciego que tropieza con los malentendidos
y con esas palabras
que no saben pronunciar.
Extrañado de amor,
nunca puedo alejarme de todo lo que eres.
En un hueco de torpe inexistencia,
me voy de mí
camino a la nada.







Ten paciencia conmigo.

Porque el mundo es así, y vengo herido,
ten paciencia conmigo.




Los viajes

Junto a la ropa sucia el papel de regalo.

La distancia tenía el color de hierba y bosque,
autopistas lavadas por la lluvia,
direcciones escritas en periódicos.

Y recuerdo también
mañanas intermedias en el coche
de un extraño cualquiera,
posiblemente amigo de otro amigo,
un extraño que fuerza sus palabras,
y persigue emisoras con noticias del Sur
y me pregunta por el sol de marzo.

La distancia tenía color de escaparate,
teléfonos a cobro revertido,

y detrás de los faros
esos rostros que luego,
cuando se llega a casa,,
suelen perder su nombre en las fotografías.

Indicadores neutros se llenaban de gente
y surgían promesas al calor de un encuentro,
noches para contar,
ciudades convertidas en anécdota.

Junto a la ropa sucia el papel de regalo.

Pero desde que viajo sin ausencia
y todo va conmigo,
los bosques ya no piensan en el Sur
y la distancia tiene
un color de palabras soportadas,
color de mi silencio,
mi camino.




Aunque tú no lo sepas

Como la luz de un sueño,
que no raya en el mundo pero existe,
así he vivido yo
iluminando
esa parte de ti que no conoces,
la vida que has llevado junto a mis pensamientos...

Y aunque tú no lo sepas, yo te he visto
cruzar la puerta sin decir que no,
pedirme un cenicero, curiosear los libros,
responder al deseo de mis labios
con tus labios de whisky,
seguir mis pasos hasta el dormitorio.

También hemos hablado
en la cama, sin prisa, muchas tardes
esta cama de amor que no conoces,
la misma que se queda
fría cuando te marchas.

Aunque tú no lo sepas te inventaba conmigo,
hicimos mil proyectos, paseamos
por todas las ciudades que te gustan,
recordamos canciones, elegimos renuncias,
aprendiendo los dos a convivir
entre la realidad y el pensamiento.




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