Vivo en esta calma furiosa
que me empuja hacia dentro mientras huyo,
en esta certeza incierta
de saber que amara es caer de pie
una y otra vez.
La vida me regala un orden caótico,
un equilibrio inestable
donde todo arde despacio
y el tiempo corre quieto
sobre mis heridas nuevas.
Te amo con una ternura salvaje,
con una fe descreída
que cree incluso cuando duda,
porque la pasión es esa paz violenta
que incendia el cuerpo
y aquieta el miedo.
Somos luz oscura,
hogar errante,
presencia ausente
que se encuentra justo cuando se pierde.
Y en este silencio ensordecedor
donde el deseo grita mudo,
aprendo que vivir
es habitar la contradicción,
amar sin medida,
arder sin consumirse,
y descansar despierta
en el temblor de estar viva.
SsJ

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Suscríbete a esta entrada y recibe por email las nuevas actualizaciones y comentarios añadidos
Marca la opción "Avisarme"