sábado, 27 de febrero de 2016

Helen Keller

Helen Adams Keller fue una escritora y activista política estadounidense que nació en Tuscumbia (Alabama, Estados Unidos) el 27 de junio de 1880 y falleció el 1 de junio de 1968 en Easton (Connecticut, Estados Unidos).







Nunca agache la cabeza.

Manténgala en alto.
Mire al mundo directamente a los ojos.





jueves, 18 de febrero de 2016

Ramón Buenaventura

Ramón Buenaventura Sánchez Paños es un poeta, novelista y traductor literario español que nació en Tánger el 5 de junio de 1940.







Te quiero que me dueles
te quiero que me muero
te quiero que no respiro
te quiero que el pecho se me queda pequeño
te quiero que no pienso ni en pensar
te quiero que jamás volveré a decir te quiero
si tú no me escuchas
te quiero que te necesito pegada a la piel
te quiero en absoluto
te quiero en todos los idiomas
y con todas las músicas.

"El corazón antiguo"






miércoles, 17 de febrero de 2016

Teresa de Calcuta

Teresa de Calcuta, de nombre secular Agnes Gonxha Bojaxhiu, fue una monja católica de origen albanés y naturalizada india, que fundó la congregación de las Misioneras de la Caridad en Calcuta en 1950. Nació en Skopie (actual Macedonia) el 26 de agosto de 1910 y falleció en Calcuta (India) el 5 de septiembre de 1997. Obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 1979.








Muchas veces basta una palabra,
una mirada, un gesto,
para llenar el corazón del que amamos.




No te preocupes porque tus hijos no te escuchen...
te observan todo el día.



El sufrimiento de unos puede ser provocado
por la ambición de otros.




Nelson Mandela

Nelson Rolihlahla Mandela fue un abogado, activista contra el apartheid y político sudafricano, que nació en Mvezo (Unión Sudafricana) el 18 de julio de 1918 y falleció el 5 de diciembre del 2013 en Johannesburgo (Sudáfrica). Fue presidente de su país entre 1994 a 1999 y fue el primer mandatario de raza negra que encabezó el poder ejecutivo y también, el primero en resultar elegido por sufragio universal en su país.








Erradicar la pobreza
no es un acto de caridad,
es un acto de justicia.




Siempre parece imposible hasta que se hace.




Aprendí que el valor
no es la ausencia de miedo,
sino el triunfo sobre él.



La educación es el arma más poderosa
para cambiar el mundo.



Para ser libre no basta solo
con liberarse de las propias cadenas,
sino vivir de una forma que respete y fomente
la libertad de los demás.



Debemos usar el tiempo sabiamente y darnos cuenta de que siempre es el momento oportuno para hacer las cosas bien.



No hay nada como volver a un lugar que no ha cambiado, para darte cuenta cuánto has cambiado tú.



Derribar y destruir es muy fácil.
Los héroes son aquellos que construyen y que trabajan por la paz.



La educación es el gran motor del desarrollo personal.




Víctor del Árbol

Víctor del Árbol es un escritor español que nació en Barcelona el 6 de noviembre de 1968. Es el mayor de seis hermanos, fue seminarista durante cinco años y estudió Historia en la Universidad de Barcelona, aunque no llegó a terminar la carrera. Ha colaborado como locutor en el programa de radio "Catalunya sense barreres" durante dos años y trabajó como mosso d'esquadra para la Generalitat entre 1992 y 2012. 









La primera gota que cae
es la que empieza a quebrar la piedra.





La única lucha que se pierde
es la que se abandona.




Un silencio lleno de miradas.




Para vivir con algunas cosas
hay que aprender a silenciarlas.




Sin ti la tierra no es nada,
los limones no tienen olor, la lluvia no moja.
Tu eres el lugar del que yo vengo.




Miramos, pero no vemos.




...de repente, cuando ya no esperaba nada,
apareciste tú, con esa niebla que te envuelve
y que nunca se despeja del todo.




Esa clase de mirada que ha visto de todo y no se cree nada




Hay distancias que ya no pueden salvarse.




Podría haber sido todas las cosas que no he sido, pero me he dedicado a malograr una oportunidad tras otra, como si me diera miedo lo fácil que es ser feliz.




Hubo un tiempo en que aspiró a cambiarlo todo, a una rebeldía que, ahora lo entendía, nunca llegó a verdadera revolución. Nunca aspiraron a demoler el sistema, a transformarlo de arriba abajo. Lo suyo fue la pataleta del esclavo reclamando una porción mayor de pan, un trato más justo y una cadena un poco menos pesada. La aspiración nunca fue liberarse de esa cadena. Cuando lo entendió, votó por el fracaso disfrazado de cinismo, como cualquier buen perdedor; aceptó su rol de bufón y se fue con la cola entre las piernas de ese mundo de carniceros, soplapollas y enterradores. Tenía que acabar siendo así, porque en este país ya no quedan obreros, ni danesas que quisieran acostarse con él en un colchón sin sábanas si les recitabas versos de Roque Dalton.




Un corazón cueva donde acurrucarse cuando llegan las tormentas.