Abrázame, no porque me falte el aire,
sino porque en tu abrazo
el mundo respira más lento.
Abrázame para recordar que aún tengo raíces,
que no me he deshecho
en el viento de los días sin nombre
porque tus brazos son un refugio,
un faro en la tormenta de esta soledad
que no avisa pero cala hasta los huesos.
Abrázame para que no me pierda,
para que no me disuelva en las sombras
de este mundo que grita sin escuchar.
Abrázame para que mi alma no se enfríe,
para que el corazón no se haga piedra,
para que mis alas no se sequen
antes de aprender a volar.
Abrázame, aunque sea por un instante,
para recordarme que soy humana,
que sentir no es un error.
Abrázame, no para quedarnos,
sino para enseñarme a volar.
SsJ