domingo, 29 de enero de 2012

Rudyard Kipling

Joseph Rudyard Kipling fue un escritor y poeta británico que nació en Bombay (India) el 30 de diciembre de 1865 y falleció el 18 de enero de 1936 en Londres (Inglaterra). Su infancia se vio impregnada de un paisaje multicultural que inspiró su obra, donde la naturaleza y la aventura danzan en un perpetuo abrazo.
Con un estilo rico en matices y una prosa cautivadora, Kipling nos invita a explorar lo desconocido, a adentrarnos en las selvas de la mente y el corazón. Sus personajes, a menudo enfrentados a dilemas morales y retos extraordinarios, nos enseñan sobre el valor, la lealtad y el sentido del deber. A través de sus historias, la fábula y la realidad se entrelazan, revelando verdades profundas sobre la vida y la humanidad.
Kipling, maestro de la narración, captura la magia de la infancia y la complejidad de la adultez, convirtiendo lo cotidiano en extraordinario. Su legado literario nos recuerda que en cada rincón del mundo, en cada historia contada, hay un hilo común que une a todos los seres humanos, un canto que resuena a través del tiempo y el espacio, donde la aventura nunca termina y la curiosidad siempre nos guía hacia lo desconocido.







Si puedes mantener la cabeza en su sitio
cuando todos la pierden
- y te culpan por ello -;
si confías en ti cuando los otros desconfían
- y les das la razón -;
si puedes esperar sin cansarte,
si no mientes
cuando te vienen con mentiras
ni odias a los que te odian y aún así,
no te las das de santo ni de sabio;
si sueñas, 
sin llegar a ser esclavo de tus sueños;
si piensas,
pero no te conformas con pensar;
si te enfrentas al Triunfo y al Desastre
y das el mismo trato a esos dos impostores;
si soportas que tuerzan tus palabras
para embaucar con ellas a los tontos;
si se rompen las cosas
a las que has dedicado tu existencia
y te agachas a rehacerlas;
si juntas todas tus ganancias
para jugártelas a cara o cruz, 
y pierdes,
y vuelves a empezar de nuevo,
una vez más,
sin mencionar siquiera lo perdido;
y si tu corazón, tus músculos, tus nervios
cumplen incluso cuando ya no son lo que eran, 
y resistes
cuando ya no te queda
sino la voluntad de resistir;
si hablas con multitudes sin perder la honradez
y paseas con reyes sin perder la humildad:
si no pueden hacerte daño tus enemigos
- tampoco tus amigos -
y todo el mundo cuenta contigo
- no en exceso -;
si no desaprovechas
ni un segundo de cada minuto de carrera,
la tierra y cuanto en ella existe
es para ti;
serás, en fin, lo que se dice un hombre.



Cuando vayan mal las cosas como a veces suelen ir,
cuando ofrezca tu camino solo cuestas que subir,
cuando tengas poco haber pero mucho que pagar,
y precises sonreír aún teniendo que llorar,
cuando ya el dolor te agobie y no puedas ya sufrir,
descansar acaso debes ¡pero nunca desistas!



Al éxito y al fracaso, esos dos impostores,
trátalos siempre con la misma indiferencia.





martes, 24 de enero de 2012

Sólo pido


Sólo pido una sonrisa 
para luchar contra los fantasmas del miedo,
sólo pido un oasis
para perderme en los sentidos de tus dedos,
sólo pido un segundo
para engalanarte de pétalos y deseos,
sólo pido un verso
para escribirte el poema más bello,
sólo pido un sonido
y que sea el de tus risa en el silencio,
sólo pido fé
en poder conseguir la calma que anhelo,
sólo pido una estrella
para iluminar tus noches y desvelos,
sólo pido sosiego
cuando nos sorprenden las olas o el viento,
solo pido la fuerza
de calmar los mares revueltos,
sólo pido la luna
para columpiarnos en nuestros soñados sueños,
y cuando llegue el día de irme
y parar el ritmo de mi viejo corazón,
sólo pido que lo último que vean mis ojos
sea tu rostro,
lo último que sientan mis manos
sea tu piel
y lo último que sientan mis labios
sea el roce de tus labios también.

SsJ