jueves, 7 de septiembre de 2017

Mary Wollstonecraft

Mary Wollstonecraft fue una filósofa y escritora inglesa que nació el 27 de abril de 1759 en Spitalfields (Inglaterra) y falleció el 10 de septiembre de 1797 en Londres (Inglaterra).
Nació en una época donde las mujeres eran relegadas a un papel secundario en la sociedad, pero ella surgió como una voz que desafió las normas establecidas y se alzó como una defensora incansable de la igualdad de género y la libertad individual.
Mary Wollstonecraft creció en una familia marcada por la adversidad y a pesar de recibir una educación limitada, desarrolló una sed insaciable de conocimiento y una pasión por la escritura que la llevaría a convertirse en una de las figuras más influyentes de su tiempo.
La vida de Wollstonecraft estuvo marcada por una búsqueda constante de independencia, abandonando la seguridad de su hogar y embarcándose en una serie de aventuras, trabajando como institutriz, traductora y escritora para mantenerse a sí misma y explorar su propio potencial creativo e intelectual.
Fue en sus escritos donde encontró su voz más poderosa y provocativa, y en su obra más conocida de 1972 Vindicación de los derechos de la mujer, desafió la idea de que las mujeres eran naturalmente inferiores a los hombres, argumentando en favor de la educación igualitaria y la igualdad de oportunidades para ambos sexos.
A lo largo de su vida, Wollstonecraft también luchó incansablemente por otros ideales de justicia y libertad, involucrándose en debates políticos y sociales de su época y abogando por reformas en áreas como la educación, el matrimonio y los derechos humanos.
A pesar de su corta vida (falleció con 38 años, poco después de dar a luz a su hija Mary Shelley, quien más tarde se convertiría en la autora de la novela Frankenstein), Mary Wollstonecraft dejó un inmenso legado en la historia de la lucha por los derechos de las mujeres y la expansión de la libertad individual.
Su valentía para desafiar las convenciones sociales y su firme creencia en la igualdad han inspirado a generaciones posteriores de mujeres para que sigamos luchando por la justicia y la emancipación.







No deseo que las mujeres
tengan poder sobre los hombres,
sino sobre sí mismas.



Es justicia y no caridad lo que necesita el mundo.






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