Las Sinsombrero fueron un grupo de mujeres de espíritu libre, inteligentes, creativas, artistas e intelectuales que intentaron quitarse el corsé de la censura y el machismo desfasado y recalcitrante de la sociedad en la que vivían, la cual pretendía que la sociedad en general y las mujeres en particular (nada nuevo que no estemos reviviendo hoy en día) llevasen una vida triste, gris, sombría y a poder ser en silencio.
Estas mujeres fueron relegadas al olvido en los libros de historia y de texto, borrando su herencia artística y su lucha por conseguir un cambio en la cultura, en los derechos y en la justicia de España.
Afortunadamente las estamos volviendo a recuperar para darles el sitio que siempre han merecido y entre estas mujeres estaba Margarita Manso, pintora vallisoletana que nació el 26 de noviembre de 1908, perteneciente a la llamada Generación del 27.
Siendo muy pequeña, se quedó sin su padre, hecho que la marcará toda la vida, ya que ello conllevó a que su madre, lejos de volver a casarse para que su nuevo marido se encargarse de mantenerla a ella y a sus hijas, monta un taller de costura y se convierte en un ejemplo para Margarita de mujer independiente y autónoma.
|
EL PANTEÓN DE HOJALATA (su obra más reconocida) |
Se casó por vez primera en 1933 con el pintor malagueño Alfonso Ponce de León, que aunque no tenían las mismas ideas políticas (él era un reconocido falangista) fue su gran amor, su inspiración y musa de muchas de sus pinturas, pero la felicidad le duró poco ya que en 1936 la vida de Ponce de León le es arrebatada al inicio de la Guerra Civil Española y Margarita cae en una profunda depresión, ya que con la muerte de su marido, muere también una parte de ella, por lo que decide huir a Italia durante un año, regresando en 1937 nuevamente a España, donde se dedicó a ilustrar carteles para obras de teatro.
Tristemente hay muy pocos registros de sus trabajos artísticos que fueron inspirados por el movimiento surrealista de Dalí y el estallido de la Guerra Civil significó la desaparición de la gran mayoría de sus obras.
|
LA CAMPESINA |
En 1940 se casa con el doctor Enrique Conde Gargollo, afín a la dictadura de Franco con quien tiene tres hijos y quien termina de sepultar completamente a la mujer libre, alegre, intensa y audaz, renunciando por completo a su pasado, convirtiéndose en una mujer gris al igual que la España franquista en la que vivía.
Falleció muy joven, el 28 de marzo de 1960 en Madrid, con tan solo 51 años, y se fue ocultando a su círculo más cercano su verdadera identidad, su verdadera forma de ser, de sentir y de pensar, se fue sin que llegasen a conocer a la mujer artista, misteriosa, transgresora, osada, atrevida y valiente que fue Margarita.
Se fue una mujer desconocida a la que las sombras y el silencio desdibujaron la realidad de su personalidad, se fue una mujer obviada e invisibilizada por la historia y el arte relegándola al papel de musa y anulando su faceta artística, se fue una mujer extraordinaria, provocadora, inquietante, que luchó contra la desesperanza ansiando su libertad, la libertad de sus pensamientos, por eso se quitó el sombrero, para que las ideas fluyesen sin límites, volasen a todos los rincones y no se quedasen encarceladas en el ostracismo más absoluto que se vive en las dictaduras.