jueves, 2 de agosto de 2012

Thich Nhat Hanh

Thich Nhat Hanh fue un maestro zen y monje budista nacido en la región de Vietnam Central el 11 de octubre de 1926. Fue un faro de paz en un mundo convulsionado, un poeta del mindfulness, cuya vida se convirtió en un testimonio viviente de compasión, presencia y resistencia pacífica. Con cada paso que daba, cultivaba la calma, y con cada palabra que pronunciaba, sembraba la semilla de la conciencia plena en los corazones de quienes lo escuchaban.
Durante la guerra de Vietnam, mientras las bombas caían, Thich Nhat Hanh construía puentes de entendimiento. Fundó la Escuela de la Juventud para los Servicios Sociales, la Universidad Budista de Vanh Hanh y la Orden del Interser, creando comunidades comprometidas con el servicio a los demás, basadas en la filosofía de la no-violencia y la acción consciente. Su lucha no era con las armas, sino con la compasión, y fue esta valentía pacífica la que llevó a Martin Luther King a nominarlo al Premio Nobel de la Paz en 1967.
Dio clases en las universidades de Columbia en Nueva York y la Sorbona en París y en su exilio en Francia, Thich Nhat Hanh creó Plum Village en 1982, un refugio de paz en la región de Dordogne, donde compartió su práctica de la atención plena con el mundo. Allí, enseñaba a caminar en paz, a respirar en paz, a ser paz. A lo largo de los años, este monasterio se convirtió en el hogar espiritual de miles de personas que buscaban en el silencio y la meditación la sanación interior.
A pesar de un derrame cerebral en 2014, que limitó su capacidad de hablar, su presencia seguía irradiando la esencia de sus enseñanzas. Regresó a Huế, el lugar donde, con tan solo 16 años, se convirtió en monje novicio. Y fue allí, en ese rincón de Vietnam que lo vio comenzar su viaje, donde falleció el 22 de enero de 2022, a los 95 años. Pero su legado, una profunda lección de paz interior y transformación consciente, sigue vivo, como el eco de una campana que nunca deja de resonar en los corazones de aquellos que buscan despertar.








Con tu sonrisa, haces el mundo más bello



Ser hermoso significa ser tú mismo.
No necesitas ser aceptado por otros.
Necesitas aceptarte a ti mismo.




La esencia del amor y la compasión es la comprensión, la habilidad de ponernos en la piel de los demás.



Nuestra propia vida tiene que ser nuestro mensaje




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