Jaime Sabines Gutiérrez fue un poeta y político mexicano que nació en Tuxtla Gutiérrez (Chiapas) el 25 de marzo de 1926 y falleció el 19 de marzo de 1999 en Ciudad de México.
Me dijo te quiero, no sabe lo que causó en mí.
Me hizo volar...
Te quiero, amor, amor absurdamente,
tontamente, perdido, iluminado,
soñando rosas e inventando estrellas
y diciéndote adiós yendo a tu lado.
Te quiero desde el poste de la esquina,
desde la alfombra de ese cuarto a solas,
en las sábanas tibias de tu cuerpo
donde se duerme un agua de amapolas.
Cabellera del aire desvelado,
río de noche, platanar oscuro,
colmena ciega, amor desenterrado,
voy a seguir tus pasos hacia arriba,
de tus pies a tu muslo y a tu costado.
Porque eres distinta
a todas las mujeres,
en tu cuerpo, en tu andar,
en lo que eres para mis ojos,
en lo que sugieres a mi corazón.
Te invito a comer uvas esta tarde,
o a tomar café si llueve,
y a estar juntos siempre, siempre...
Te conocí a tiempo, a tiempo de encontrarte,
para saber que existías, para llenar mis ojos y mi boca de tu sabor.
Para encontrarnos en el mismo tiempo y espacio.
Para disfrutarte y que me disfrutes,
para tocarte y que me toques.
Para que supieras que yo estaba aquí, para que me tomaras.
Y que me dejaras tomarte a ti.
No fuiste antes ni después. Fuiste a tiempo
A tiempo para que me enamorara de ti.
¿En qué lugar, en dónde,
a qué deshoras me dirás que te amo?
Esto es urgente
porque la eternidad se nos acaba
No te aferres al pasado ni a los recuerdos tristes. No reabras la herida que ya cicatrizó. No revivas los dolores y sufrimientos antiguos. Lo que pasó, pasó... De ahora en adelante, pon tus fuerzas en construir una vida nueva, orientada hacia lo alto, y camina de frente, sin mirar atrás. Haz como el sol que nace cada día, sin pensar en la noche que pasó. Vamos, levántate... porque la luz del sol está afuera!
Te quiero como para invitarte a pisar hojas secas una de estas tardes. Te quiero como para salir a caminar, hablar del amor, mientras pateamos piedritas. Te quiero como para volvernos chinos de risa, ebrios de nada y pasear sin prisa las calles. Te quiero como para ir a los lugares que más frecuento, y contarte que es ahí donde me siento a pensar en ti. Te quiero como para escuchar tu risa toda la noche. Te quiero como para no dejarte ir jamás. Te quiero como se quiere a ciertos amores, a la antigua, con el alma y sin mirar atrás.
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