En la estación desierta de mis sueños,
donde los relojes se han detenido,
donde el eco de los pasos se pierde,
aguardo en silencio el último tren
con el alma cargada de suspiros,
con el corazón latiendo a destiempo
y los recuerdos como equipaje pesado
La niebla cubre los rieles
como un velo de melancolía
y el viento susurra secretos
de destinos no alcanzados,
fragmentos de vidas y de sueños,
de amores que se quedaron en andenes,
de adioses que nunca se dijeron
de promesas que nunca alcanzaron su destino
La luna, solitaria en su vigilia
ilumina el metal de los rieles,
caminos de plata que se pierden
en la niebla de lo incierto,
en la bruma de lo desconocido
El tren llega majestuoso y antiguo,
su silbido se escucha a lo lejos
con el eco de mil viajes en sus ruedas,
con las historias de innumerables pasajeros
que como yo, buscaron en sus vagones
una última oportunidad de redención,
como el cierre de un capítulo,
como el fin de una canción
Subo, con pasos temblorosos
dejando atrás las sombras del pasado,
cada paso es un adiós silencioso
a los rostros que amé, a los lugares que habité,
a los sueños que nunca se hicieron realidad,
mientras mis manos rozan los asientos vacíos,
donde cada uno guarda un fantasma,
una sombra de lo que pudo ser,
de lo que nunca fue
Me siento junto a la ventana empañada,
observo las luces difusas del mundo
y veo pasar los paisajes de mi vida
como escenas de una película olvidada,
historias que se desvanecen en la distancia,
amores perdidos en estaciones lejanas,
risas que se desdibujaron con el tiempo,
sueños que se quedaron al pie del andén
El tren avanza, inexorable
hacia un destino desconocido,
llevándonos hacia el borde del mundo
donde el cielo se encuentra con el mar
y en cada traqueteo del vagón
siento el latido de mi propia alma,
un ritmo que se alinea con la eternidad
Y mientras el tren se adentra en la noche
siento una calma que me envuelve,
encuentro una paz inesperada,
las luces de la estación se desvanecen
y entiendo que el final es solo un comienzo,
que en cada adiós hay un nuevo hola
y que el viaje continua más allá de las estrellas
El último tren sigue su curso
llevándome más allá de los recuerdos,
dejando atrás el peso del pasado,
abrazando la luz de un nuevo amanecer,
más allá de los anhelos incumplidos
hacia un horizonte donde el tiempo no existe,
donde la esperanza brilla eterna
y los corazones encuentran su hogar
en un lugar donde los sueños nunca mueren
SsJ
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