domingo, 4 de agosto de 2024

Ángeles Santos



Las Sinsombrero fueron un grupo de mujeres artistas de la Generación del 27, caracterizado por su independencia, su espíritu vanguardista y su lucha por visibilizar el trabajo de las mujeres en el mundo del arte.
Las Sinsombrero desafiaron las convenciones sociales de su época y se convirtieron en un referente para las futuras generaciones de artistas. Una de sus integrantes fue Ángeles Santos, pintora y artista gráfica catalana, que nació el 7 de noviembre de 1911 en Portbou (Gerona) y falleció el 3 de octubre de 2013 en Madrid.

Niña (retrato de Conchita) - 1929

Ángeles Santos Torroella era la primogénita de un matrimonio que unía las raíces salmantinas de su padre, inspector de aduanas, con los vínculos catalanes de su madre. Su hermano, Rafael, destacado crítico de arte, compartió con ella una profunda pasión por el mundo artístico.
Los constantes traslados de su familia, motivados por el trabajo de su padre, permitieron a Ángeles Santos conocer diversas regiones de España. Desde su infancia en Cataluña, pasando por ciudades como Salamanca y Valladolid, su vida fue un continuo viaje que enriqueció su sensibilidad artística. Fue en Sevilla donde descubrió su vocación pictórica, gracias a una monja que le animó a desarrollar su talento, y en Valladolid, bajo la guía de un maestro italiano, consolidó sus conocimientos y técnicas pictóricas.
Los veranos en Portbou fueron el escenario donde Ángeles Santos dio sus primeros pasos en la pintura, retratando a su familia. Su talento fue reconocido tempranamente, obteniendo un diploma en el Salón de Artistas Vallisoletanos, y críticos e intelectuales de la época como Jorge guillén y Federico García Lorca, reconocieron su talento excepcional y el carácter innovador de su obra, que fusionaba elementos expresionistas y surrealistas.

La tertulia - 1929

A principios de la década de 1930 se enfrentó a un difícil momento personal que la llevó a ser ingresada en un sanatorio, aunque, afortunadamente, se recuperó rápidamente, continuando con su carrera. Su talento fue reconocido y en 1930, la Asociación de Pintores y Escultores le dedicó una sala en el Salón de Otoño, donde pudo exponer algunas de sus obras, lo que marcaría el inicio de su proyección internacional, con exposiciones en ciudades como París, Copenhague y Pittsburgh, consolidándose su prestigio en el panorama artístico europeo en 1936 con su participación en la Bienal de Venecia.

Autorretrato

La producción artística de Ángeles Santos experimentó una pausa entre 1931 y 1932. Su mudanza a Barcelona y su matrimonio con el pintor emilio Grau Sala marcaron un punto de inflexión en su obra, volviéndose su estilo más luminoso y etéreo, influenciada por su entorno y por las tendencias artísticas del momento. Sin embargo, esta nueva etapa no fue del agrado de la crítica catalana, que prefería el estilo más sobrio y realista del Novecentismo. Ante estas críticas, Santos abandonó temporalmente la pintura para dedicarse a su familia y cuando decidió retomar su actividad artística, su obra se centró en temas más convencionales como retratos y paisajes urbanos, lo que le valió nuevas críticas por su aparente abandono del expresionismo que la había caracterizado en sus inicios.

Un mundo - 1929

Al estallar la Guerra Civil Española, Ángeles Santos y su familia se vieron obligados a exiliarse en Francia. Tras un breve periodo en París, regresó embarazada a España y se refugió en Canfranc, compaginando allí la maternidad con la docencia, impartiendo clases de dibujo. A pesar de las dificultades impuesta por la guerra y el exilio, continuó creando y exponiendo su obra, participando en exposiciones tanto en Zaragoza como en Madrid y Barcelona.

La tía Marieta - 1928

La Guerra Civil separó a Ángeles y Emilio durante un cuarto de siglo, y mientras él se quedo en París, formando una nueva familia, ella regresó a España con su hijo. Tras el fallecimiento de la nueva pareja de Grau, la pareja se volvió a reunir fijando su residencia en la capital francesa, aunque años más tarde, decidieron trasladarse a España, viviendo en localidades como Cadaqués, Sitges y Barcelona.
A pesar de su talento y su reconocimiento inicial, la obra de Ángeles Santos cayó en el olvido durante décadas, y fue en los años 70 cuando su trabajo comenzó a ser revalorizado y expuesto en importantes galerías y museos.

La marquesa de Alquibla - 1928

Su figura, junto a la de otras mujeres artistas, ha sido recuperada, contribuyendo a reescribir la historia del arte español.
Hoy en día, es considerada una de las figuras más importantes del arte español del siglo XX y su obra, marcada por el surrealismo onírico y una fuerte carga emocional, sigue cautivando a público y crítica.

Paisaje



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