Las Sinsombrero fueron un grupo de mujeres artistas e intelectuales que formaron parte de la Generación del 27 en España. Se destacaron por su valentía al desafiar las convenciones patriarcales de su tiempo y por su incansable búsqueda de reconocimiento en un mundo cultural dominado por hombres. A través de sus contribuciones en la literatura, el arte y la filosofía, estas mujeres rompieron barreras y ayudaron a redefinir el papel de la mujer en la sociedad española de la época. Entre ellas estaba Elisabeth Mulder Pierluisi, nacida en Barcelona el 9 de febrero de 1904 y fallecida el 28 de noviembre de 1987.
Aunque el nombre de Elisabeth Mulder quizás no nos suene tanto como el de otras escritoras de su generación, su obra merece un lugar especial en la historia de la literatura española. Poeta, novelista, traductora, periodista y crítica literaria, su versatilidad la convierte en una de las voces más originales y multifacéticas de su tiempo.
Elisabeth creció en un ambiente privilegiado en Barcelona, en el seno de una familia de la alta burguesía. Era hija de un médico holandés y de una madre portorriqueña con raíces italianas y españolas. Su infancia transcurrió en un entorno que fomentaba el aprendizaje y la apertura mental. Parte de su niñez la pasó en Puerto Rico, lo que le proporcionó una visión cosmopolita y le permitió dominar varios idiomas, ya que además de hablar español e inglés, dominaba también el alemán, el francés, el italiano y el ruso.
Desde pequeña, Elisabeth mostró un gran interés por la lectura y la escritura, destacando pronto por su talento poético. A los quince años, ganó un concurso literario con un poema que revelaba una madurez sorprendente para su edad
En 1921, con solo 17 años, Mulder se casó con Ezequiel Dauner Foix, un abogado y político catalán casi treinta años mayor que ella. Juntos tuvieron un hijo, Enrique, pero su vida familiar dio un giro drástico cuando su esposo falleció en 1930, dejándola viuda a una edad temprana.
Su primer poemario se publicó en 1927, marcando su entrada oficial en la escena literaria española. Este debut fue seguido por su primera novela en 1934, y a partir de entonces, Elisabeth comenzó a ganar reconocimiento por su estilo lírico y profundo.
Lo que resulta más interesante de la obra de Mulder es su capacidad para explorar tanto la poesía como la prosa, incursionando en la literatura infantil y el teatro. Su versatilidad la convirtió en una figura única en el panorama literario español. Aunque no se identifica directamente con la Generación del 27, su trabajo y su vida estaban profundamente entrelazados con este grupo de escritores y artistas. Compartía con las Sinsombrero una postura vanguardista y una perspectiva moderna de la literatura. A pesar de su conexión con grupo, la obra de Mulder es eminentemente individual y refleja su visión única del mundo.
La Guerra Civil Española tuvo un impacto devastador en la vida cultural del país, y Elisabeth Mulder no fue la excepción. Durante la guerra, padeció una grave nefritis que la mantuvo en cama durante un año, tiempo que aprovechó para reflexionar y crear. Fue entonces cuando escribió Preludio a la muerte, una novela que, aunque no se publicó hasta 1941, muestra su capacidad para adentrarse en el sufrimiento humano desde una perspectiva psicológica profunda.
Lamentablemente, la censura de la época impidió que Mulder publicara con libertad y su novela Preludio a la muerte fue objeto de controversia por su tratamiento del suicidio, un tema tabú en la España de la posguerra. Aunque la obra fue adaptada al cine con el título Verónica, la película no se conserva, desgraciadamente, en la Filmoteca Nacional.
Además de su labor como novelista y poeta, Mulder fue una gran traductora. Gracias a su dominio de varios idiomas, tradujo obras de autores como Charles Baudelaire, John Keats y Percy Bysshe Shelley. Su habilidad para traducir poesía de forma fiel y artística la convirtió en una figura respetada en el ámbito de la traducción literaria.
Mulder también destacó en el ámbito periodístico colaborando con importantes publicaciones como La Vanguardia Española y ABC, donde escribió sobre literatura inglesa y otros temas culturales. Su labor como periodista le permitió mantener el contacto con el mundo literario y seguir influyendo en el panorama cultural español.
A pesar de su talento, la obra de Elisabeth Mulder cayó en el olvido durante varias décadas. Sin embargo, en los últimos años ha resurgido un creciente interés por su figura, lo que ha permitido revalorizar su legado como una de las escritoras más importantes de su generación.
Su obra, caracterizada por la originalidad, profundidad y sensibilidad, continúa inspirando a nuevos lectores y escritores. Elisabeth Mulder dejó un rico legado literario que invita a reflexionar sobre la condición humana, la búsqueda de la identidad y el papel de la mujer en la sociedad.
Mulder fue una mujer adelantada a su tiempo, una escritora que supo combinar sensibilidad artística y compromiso social. Su obra, a pesar de haber sido injustamente olvidada, sigue siendo hoy una referencia imprescindible para entender la literatura española del siglo XX. Al recuperar su figura y su obra, rendimos homenaje a una mujer que dedicó su vida a la creación literaria y a la defensa de la libertad y la justicia.
La Guerra Civil Española tuvo un impacto devastador en la vida cultural del país, y Elisabeth Mulder no fue la excepción. Durante la guerra, padeció una grave nefritis que la mantuvo en cama durante un año, tiempo que aprovechó para reflexionar y crear. Fue entonces cuando escribió Preludio a la muerte, una novela que, aunque no se publicó hasta 1941, muestra su capacidad para adentrarse en el sufrimiento humano desde una perspectiva psicológica profunda.
Lamentablemente, la censura de la época impidió que Mulder publicara con libertad y su novela Preludio a la muerte fue objeto de controversia por su tratamiento del suicidio, un tema tabú en la España de la posguerra. Aunque la obra fue adaptada al cine con el título Verónica, la película no se conserva, desgraciadamente, en la Filmoteca Nacional.
Además de su labor como novelista y poeta, Mulder fue una gran traductora. Gracias a su dominio de varios idiomas, tradujo obras de autores como Charles Baudelaire, John Keats y Percy Bysshe Shelley. Su habilidad para traducir poesía de forma fiel y artística la convirtió en una figura respetada en el ámbito de la traducción literaria.
Mulder también destacó en el ámbito periodístico colaborando con importantes publicaciones como La Vanguardia Española y ABC, donde escribió sobre literatura inglesa y otros temas culturales. Su labor como periodista le permitió mantener el contacto con el mundo literario y seguir influyendo en el panorama cultural español.
A pesar de su talento, la obra de Elisabeth Mulder cayó en el olvido durante varias décadas. Sin embargo, en los últimos años ha resurgido un creciente interés por su figura, lo que ha permitido revalorizar su legado como una de las escritoras más importantes de su generación.
Su obra, caracterizada por la originalidad, profundidad y sensibilidad, continúa inspirando a nuevos lectores y escritores. Elisabeth Mulder dejó un rico legado literario que invita a reflexionar sobre la condición humana, la búsqueda de la identidad y el papel de la mujer en la sociedad.
Mulder fue una mujer adelantada a su tiempo, una escritora que supo combinar sensibilidad artística y compromiso social. Su obra, a pesar de haber sido injustamente olvidada, sigue siendo hoy una referencia imprescindible para entender la literatura española del siglo XX. Al recuperar su figura y su obra, rendimos homenaje a una mujer que dedicó su vida a la creación literaria y a la defensa de la libertad y la justicia.
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