Un lugar donde encontrar pensamientos heredados de escritores, poetas, filósofos y viajeros de todo el mundo, frases susurradas al oído, poemas que te atrapan el alma y emociones que se escapan del corazón
Eduardo Gudiño Kieffer fue un escritor y periodista argentino con una mirada aguda y una manera única de contar historias. Nació en Esperanza, Santa Fe, el 2 de noviembre de 1935, ya lo largo de su vida construyó una obra que dejó huella en la literatura de su país.
Además de su faceta como escritor, también trabajó como periodista, destacando por tener una pluma inquieta, observadora, capaz de captar y hacerte llegar lo más importante de cada historia.
Fue un escritor que pretendió retratar el mundo con inteligencia y sensibilidad y falleció el 20 de septiembre de 2002 en Buenos Aires, Argentina.
Allan Stewart Königsberg, más conocido como Woody Allen, es un director de cine, guionista, actor, músico y escritor estadounidense que nació el 1 de diciembre de 1935 en Nueva York.
Conocido por su estilo único que mezcla comedia, drama e introspección y por sus películas llenas de diálogos inteligentes, personajes complejos y referencias a la literatura, la música y la filosofía, sus historias suelen girar en torno a las relaciones humanas, las inseguridades, el amor y el sentido de la vida, con un humor irónico y personajes neuróticos.
Comenzó su carrera como guionista y cómico en los años 50 y 60 pero pronto se hizo famoso como director de cine, aunque también ha escrito libros de relatos y obras de teatro siempre manteniendo su particular estilo agudo y satírico.
El mago hizo un gesto y desapareció el hambre,
hizo otro gesto y desapareció la injusticia,
hizo otro gesto y se acabó la guerra.
El político hizo un gesto y desapareció el mago.
Las cosas no se dicen, se hacen, porque al hacerlas se dicen solas.
Luis Eduardo Aute fue músico, cantautor, director de cine, actor, escultor, escritor, pintor y poeta español que nació el 13 de septiembre de 1943 en Manila, Filipinas y falleció el 4 de abril de 2020 en Madrid. Fue una de las figuras más importantes de la canción de autor en español, con una carrera que abarcó varias décadas y exploró distintos campos artísticos.
Las letras de sus canciones están llenas de profundidad y poesía, lo convirtió en un referente de la canción pero además de en la música, Aute también destacó en la pintura, la poesía y el cine, con una creatividad que no conocía límites. Dirigió películas de animación y publicó varios libros de poemas, mostrando siempre una mirada personal llena de sensibilidad, además de reflexiva sobre la vida y el arte.
Sin tu latido Hay algunos que dicen
que todos los caminos conducen a Roma
y es verdad porque el mío
me lleva cada noche al hueco que te nombra
y le hablo y le suelto
una sonrisa, una blasfemia y dos derrotas;
luego apago tus ojos
y duermo con tu nombre besando mi boca.
Ay, amor mío,
qué terriblemente absurdo
es estar vivo
sin el alma de tu cuerpo,
sin tu latido,
sin tu latido.
Que el final de esta historia,
enésima autobiografía de un fracaso,
no te sirva de ejemplo,
hay quien afirma que el amor es un milagro
que no hay mal que no cure
pero tampoco bien que le dure cien años;
eso casi lo salva,
lo malo son las noches que mojan mi mano.
Ay, amor mío,
qué terriblemente absurdo
es estar vivo
sin el alma de tu cuerpo,
sin tu latido,
sin tu latido.
Aunque todo ya es nada,
no sé porque te escondes y huyes de mi encuentro,
por saber de tu vida
no creo que vulnere ningún mandamiento;
tan terrible es el odio
que ni te atreves a mostrarme tu desprecio,
pero no me hagas caso,
lo que me pasa es que este mundo no lo entiendo.
Ay, amor mío,
qué terriblemente absurdo
es estar vivo
sin el alma de tu cuerpo,
sin tu latido,
sin tu latido.
El niño que miraba al mar
Cada vez que veo esa fotografía
que huye del cliché del álbum familiar,
miro a ese niño que hace de vigía
oteando el más allá del fin del mar.
Aún resuena en su cabeza el bombardeo
de una guerra de Dragones sin cuartel,
su mirada queda oculta pero veo
lo que ven sus ojos porque yo soy él.
Y daría lo vivido
por sentarme a su costado
para verme en su futuro
desde todo mi pasado
y mirándole a los ojos
preguntarle ensimismado
si descubre a su verdugo
en mis ojos reflejado
mientras él me ve mirar
a ese niño que miraba el mar.
Ese niño ajeno al paso de las horas
y que está poniendo en marcha su reloj
no es consciente de que incuba el mar de aurora
ese mal de animal que ya soy yo.
Frente a él oscuras horas de naufragios
acumulan tumbas junto al malecón
y sospecha que ese mar es un presagio
de que al otro lado espera otro Dragón.
Y daría lo vivido
por sentarme a su costado
para verme en su futuro
desde todo mi pasado
y mirándole a los ojos
preguntarle ensimismado
si descubre a su verdugo
en mis ojos reflejado
mientras él me ve mirar
a ese niño que miraba el mar.
Me va la vida en ello
Cierto que huí de los fastos y los oropeles
y que jamás puse en venta ninguna quimera
siempre evité ser un súbdito de los laureles
porque vivir era un vértigo y no una carrera.
Pero quiero que me digas, amor,
que no todo fue naufragar
por haber creído que amar
era el verbo más bello...
dímelo...
me va la vida en ello.
Cierto que no prescindí de ningún laberinto
que amenazará con un callejón sin salida
ante otro "más de lo mismo" creí en lo distinto
porque vivir era búsqueda y no una guarida.
Cierto que cuando aprendí que la vida iba en serio
Yevgueni Yevtushenko fue un poeta, novelista y cineasta ruso que nació el 18 de julio de 1932 en Zima, Siberia y fallecido el 1 de abril de 2017 en Tulsa, Oklahoma, Estados Unidos. Fue una de las voces más destacadas de la poesía soviética de la segunda mitad del siglo XX y es conocido por sus versos comprometidos y su estilo directo y apasionado.
A lo largo de toda su carrera escribió libros de poesía y novelas, además de dirigir películas. Viajó por todo el mundo dando recitales y conferencias y en sus últimos años vivió entre Rusia y Estados Unidos, país donde también ejerció como profesor universitario.
Antonio Pereira Apon es un escritor, poeta y profesor brasileño.
La piedra El distraído tropezó con ella. El violento la utilizó como proyectil. El emprendedor construyó, con ella. El campesino cansado la utilizó como asiento. Para los niños fue un juguete. David mató a Goliat y Miguel Ángel le sacó la más bella escultura. En todos los casos, la diferencia no estuvo en la piedra, sino en el hombre.
Jack London fue un escritor estadounidense nacido en San Francisco (California) el 12 de enero de 1876. Desde muy joven conoció lo que era luchar por salir adelante: fue jornalero, marinero, buscador de oro en Alaska… y también un gran lector, un autodidacta con hambre de historias.
Todo lo que vivió lo fue metiendo en sus libros, que hablan de la lucha por sobrevivir, del poder de la naturaleza y de la fuerza de los que no se rinden. Escribía con garra, sin adornos, mostrando la dureza del mundo pero también la belleza que puede haber en ella.
Fue uno de los primeros autores en vivir de la literatura, aunque su vida fue corta y llena de contradicciones. Murió el 22 de noviembre de 1916 en Glen Ellen (California) a los 40 años, pero dejó un legado literario que sigues estando muy presente, porque sus personajes, humanos o animales, tienen algo que nos toca directamente el corazón, esa mezcla de instinto, coraje y deseo de libertad.
Cada demacrado, cada pobre, cada hambriento, cada hijo de la cárcel es una acusación de que el capital ha sido malversado. Y ningún miembro de la clase dominante puede esperar ser declarado inocente por el tribunal de la humanidad.
Bajo la delgada capa de moralidad en la que se escuda, el hombre es el mismo salvaje de hace diez mil años.
José Asunción Silva fue un poeta colombiano que nació el 27 de noviembre de 1865 en Bogotá y falleció el 23 de mayo de 1896. Está considerado como una de las figuras más emblemáticas de la poesía colombiana y un pionero del modernismo en América Latina.
Tras su fallecimiento, con tan solo 30 años, dejó un legado literario que ha perdurado en el tiempo y su antigua residencia en Bogotá fue convertida en la Casa de Poesía Silva, un espacio dedicado a la promoción de la poesía y la literatura.
Una noche,
una noche toda llena de murmullos,de perfumes y de música de alas;
Una noche,
en que ardían en la sombra nupcial y húmeda las luciérnagas fantásticas,
a mi lado lentamente,contra mí ceñida toda,muda y pálida,
como si un presentimiento de amarguras infinitas
hasta el más secreto fondo de las fibras te agitara,
por la senda florecida que atraviesa la llanura
caminabas;
y la luna llena
por los cielos azulosos,infinitos y profundos esparcía su luz blanca;
y tu sombra
fina y lánguida,
y mi sombra,
por los rayos de la luna proyectadas,
sobre las arenas tristes
de la senda se juntaban;
y era una,
y eran una,
y eran una sola sombra larga,
y eran una sola sombra larga,
y eran una sola sombra larga...
Esta noche
solo;el alma
llena de las infinitas amarguras y agonías de tu muerte,
separado de ti misma por el tiempo,por la tumba y la distancia,
por el infinito negro
donde nuestra voz no alcanza,
mudo y solo
por la senda caminaba...
Y se oían los ladridos de los perros a la luna,
a la luna pálida,
y el chirrido
de las ranas...
Sentí frío.Era el frío que tenían en tu alcoba
tus mejillas y tus sienes y tus manos adoradas,
entre las blancuras níveas
de las mortuorias sábanas.
Era el frío del sepulcro,era el hielo de la muerte,
era el frío de la nada...
Y mi sombra,
por los rayos de la luna proyectada,
iba sola,
iba sola,
iba sola por la estepa solitaria;
y tu sombra esbelta y ágil,
fina y lánguida,
como en esa noche tibia de la muerta primavera,
como en esa noche llena de murmullos,de perfumes y de música de alas,
se acercó y marchó con ella,
se acercó y marchó con ella.
¡Oh las sombras enlazadas!
¡Oh las sombras de los cuerpos que se juntan con las sombras de las almas!
¡Oh las sombras que se buscan en las noches de tristezas y de lágrimas!